¿SABES DESDE CUÁNDO NOS ACOMPAÑAN LAS VELAS?
Las velas nos llevan acompañando muchísimos años. Cargadas de una fuerte simbología, han sido, y seguirán siendo, unas grandes compañeras en momentos vitales y señalados.
El acto de encender una vela, va mucho más allá de darnos luz u olor, si hablamos de velas aromáticas.
Usadas en rituales espirituales, para dar la bienvenida a una estación, para recordar a un ser querido, para crear una energía determinada, para conectarse a fuerzas superiores...
¡En los cumpleaños! ¡Cuántas velas hemos soplado, y cuántos deseos hemos pedido!
El ambiente que crean las velas en una estancia, también tiene un impacto sobre nosotr@s, nuestro estado de ánimo. Y si además, contienen aceites esenciales, como nuestras velas, también pueden ayudarnos a trabajar sobre las emociones.
Si meditas o quieres comenzar, ayúdate de la luz de las velas, enciende una o varias velas en tu lugar de meditación, y haz unas respiraciones profundas y despacio, y permite que esa luz tenue de la llama de la vela, te vaya llevando hacia un estado meditativo.
¿Sabías que también puedes meditar observando fijamente la llama de una vela? Esta técnica meditativa se llama Trāṭaka (y es también un shatkarma, técnica de purificación yóguica), que consiste en fijar la mirada (y la mente) en un punto, en este caso, sería la llama de una vela.
Hay una cosa que nos fascinan de las velas, y es que, hoy en día, todo lo que nos rodea es digital, hasta muchas casas tienen ya chimeneas u hogueras con llamas de mentira. Así que, encender una vela, es como una vuelta al origen, a ese fuego primitivo, a esa primera luz que nos permitió ver en la oscuridad, cocinar comida, estar a salvo...
¿En qué momentos usas las velas? ¿Para ti tienen alguna simbología especial?
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