Una vida consciente, para tu cuerpo y tu mente
Fuente imagen Wix
Se podría decir, que la principal diferencia entre alimentarse y nutrirse, radica en que lo primero hace referencia al acto consciente que hacemos de ingerir alimentos. Sin embargo, nutrirse tiene que ver con los procesos internos que hace nuestro organismo para procesar, transformar y aprovechar los nutrientes que contienen esos alimentos que hemos ingerido.
Hoy no vamos a centrarnos en nuestros cuerpo físico, aunque en la mayoría de los casos, nuestro cuerpo será un reflejo de nuestros actos, de nuestras elecciones, y no sólo de la elección de alimentos que comemos.
Al igual que intentamos cuidar nuestra alimentación, escogiendo aquellos productos que sabemos que nos cuidan, que nos benefician, también es muy importante saber elegir esos "productos" que son buenos para nuestra mente, nuestra paz interior.
¿Has sentido alguna vez esa sensación interior de plenitud, de paz, de estar bien con uno mismo?
Y, ¿te has preguntado cómo has llegado a ese estado?
Somos seres diferentes, aunque caminemos en el mismo planeta, cada uno de nosotros tiene unas inquietudes, una personalidad, unos objetivos, unos gustos... diferentes.
¿Qué elijo yo para nutrirme?
Practicar yoga
Meditar
Disfrutar de la naturaleza
Despertarme sin prisa, disfrutar del café a solas
Observar consciente el atardecer, sus colores, sonidos, olores
Notar en la piel como los días de primavera se van volviendo de color verano
Ducharme tranquila con música de fondo
Abrir un aguacate y que sea perfecto (color, textura, maduración)
Una ensalada de tomates "de verdad"
Escuchar a los pajarillos madrugadores, cuando todavía no se ha levantado nadie, y el mundo sigue en silencio
Una buena conversación, sin tiempo, sin prisas
Rodearme de personas que aportan y me llenan
Alejarme de personas que intoxican
El ronroneo de mi gata, remoloneando en la cama
Los rayos de sol que se cuelan por las rendijas de la persiana
El olor de la casa recién limpiada
Cada persona elige su camino. Ser consciente de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestros pasos, supondrá conseguir tener ese equilibrio interior.
Saber seleccionar con cuidado y mimo aquello que nos hace bien, es el mayor acto de amor que podemos hacer hacia nosotros mismos.
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